lunes, 1 de diciembre de 2008

Sobre la vida 8/ EL AMOR, LAS MUJERES Y LA VIDA 2/


Sobre la vida 8/


El AMOR, LAS MUJERES Y LA VIDA /2

EN LA SEMANA DE ACTIVIDADES CONTRA EL MALTRATO (Y ASESINATO) DE GÉNERO

Hay países que, siguiendo una pauta capitalista, se acogen más al capitalismo social y otros al capitalismo “a secas”, eso no quiere decir que en muchos aspectos uno prefiera vivir en un país capitalista “a secas”, aunque SOLO sea por el clima. Hoy, en la radio, le han hecho una entrevista telefónica a una española que se fue a Finlandia con una beca Erasmus y allí lleva tres años con un novio finlandés. Preguntada por la entrevistadora, la española resaltó lo baratos que estaban los pisos de alquiler respecto a España y que una habitación en una residencia de estudiantes con todo el complemento de habitabilidad completo, incluso Internet, costaba sobre unos doscientos cincuenta euros y que el salario mínimo interprofesional está sobre los mil doscientos euros y que el permiso por maternidad… También dijo gustarle la jornada de trabajo continuada de ocho de la mañana a cuatro de la tarde, claro que este tipo de jornada quizá no apunte directamente a la comodidad de los ciudadanos sino a las condiciones de clima y luz; los comercios en general cierran a las seis de la tarde. Desconozco las estadísticas de maltrato de género (y asesinato) que tendrá Finlandia, pero lo cierto es que los hijos de las familias finlandesas -parece ser- que la cultura y la emancipación la tienen bastante favorable.
Qué tiene que ver lo anterior con el maltrato y asesinato de género, especial y principalmente contra las mujeres, pues porque desde mi punto de vista los factores que confluyen, tienen que ver, con la educación cultural y social, con la economía, con la clase social y, en definitiva, con la estructura de propiedad privada de origen patriarcal. Dejando aparte este último punto y ciñéndonos a la sociedad capitalista actual, si realmente los gobiernos y las personas preocupadas desean acabar con esta situación, no basta con la lamentación, la denuncia o las injustas medidas que someten a la mujer a huir de casa –casas de acogida- o la inseguridad de si el maltratador va a burlar la vigilancia policial, si es que la hay, eso sin contar con las miles de mujeres que están intimidadas y humilladas por el maltratador y su propia familia a aguantar el matrimonio “por los hijos” o por su propia incapacidad de supervivencia económica. Hay que ir a la raíz y si no puede ser la raíz porque es necesario una revolución en el Sistema económico actual, sí al tronco. Tomar medidas económicas legales e indefinidas que, además de las ya tomadas, garanticen la independencia económica básica para cualquier ciudadano (Declaración de lo Derechos del Hombre). La no emancipación temprana, sobre todo de los hijos varones, fortalece el machismo, ya que en la mayoría de los casos, el hombre criado y educado en la comodidad de la protección materna, espera encontrar en su pareja, no solo una compañera y madre de sus hijos, sino la sustituta de su mamá en los servicios de intendencia. Con una historia en la que el macho es el centro de la Naturaleza, rey de su casa, y la mujer un ser secundario en la intervención social y económica, cuya principal función es la reproducción de la especie y el servicio al hombre, mucho han de hacer todavía los Gobiernos y la clase trabajadora (baja o acomodada) en especial, ya que es en esta clase en donde las dificultades económicas y culturales propician mayor tortura de género.
Con todo y mientras tanto, los padres, trabajadores, siempre según mi punto de vista, hemos de hacer el esfuerzo (como sepamos y podamos) de formar a nuestros hijos en la dirección de lo que llamo Familia socializada, en donde la igualdad del hombre y de la mujer debe de contemplarse desde todos los ámbitos, una persona igual a otra persona. En la pareja, el hombre ha de liberarse de toda la carga de superioridad que le han ido inculcando, desde la Familia, sí desde la Familia, durante milenios, y la mujer ¡ah, la mujer! a ella le toca el esfuerzo psicológico mayor, pues no solo debe de superar su situación de sumisión, también inculcada, si no la sumisión en parte inducida y en parte de naturaleza subjetiva, hacia los hijos, a los que, también en milenios, ha ido transmitiendo la reproducción organizativa social imperante. Eliminar la subjetividad para dejar lo más limpio posible los cuidos, el amor y los afectos, que no tienen nada que ver con la sumisión filial. Educarlos en la libertad no solo es automatizar los derechos, estos han de ser correspondidos con los deberes. Si uno de los deberes de los padres es ayudar a la emancipación del hijo o de la hija, los hijos han de ayudar a la liberación de los padres (socialización familiar del tiempo libre y del trabajo) colaborando en casa, como ya he dicho más arriba, en todos los aspectos de la intendencia casera, en justa correspondencia. De no conseguirse lo anterior, hay que hablar de fracaso educativo, en mayor o menor medida. Por tanto, siendo la mujer a la que mayor protagonismo directo corresponde sobre su descendencia, deberá, en primer lugar, decidir libremente, sin presión exterior, si desea ser madre o no y en el caso afirmativo, ser consciente de que en ella va a recaer la mayor revolución sicológica, el mayor esfuerzo de liberación subjetiva en la consideración del sentido muy acusado de propiedad que asumen las madres sobre el fruto de su vientre (Jesús). Liberación de ese sentido de propiedad y de amor mal entendido que le ayuda como madre a reproducir en el hijo todo lo que ella padece de la situación de dominio patriarcal y que, ella, por otra parte, detesta.En una palabra, y con esto termino, la mujer ha de asumir que, su propia liberación y la del hombre, no solo depende de que el marido admita, de grado, una solución de igualdad, que la ley consagra ya en muchos países, si no, también, trabajar como madre en la no reproducción de más de lo mismo en el hijo y o la hija. El mayor grado de éxito en la consecución socializadora de la Familia exige de la pareja la mayor uniformidad de criterio y de acción posibles para la puesta en práctica del Proyecto en pro de una futura Familia y sociedad, libre y sin miedos impuestos. Amén.