domingo, 26 de marzo de 2017

La Tertulia Musi♫lite. La Música ♫ 10

La Tertulia Musilite. La Música  10
Aviso a los tertulianos:
           Organizado por la Asociación ProMúsica de Águilas, el 17 de marzo de 2017 a las 21 horas está programado el siguiente concierto:



GRAN CONCIERTO 9º DE ABONO VIERNES 17 MARZO 2017 A LAS 21 HORAS

PARA MÁS INFORMACIÓN Y ADQUISICIÓN DE ABONOS Y ENTRADAS PUEDEN DIRIGIRSE A PRO MÚSICA ÁGUILAS, C/. CASTELAR, 2 - 2º TELF. 626476389 y
VICTORIA TRAVEL
Calle Isabel la Católica nº 1 - bajo
Telf: 968 414752
Águilas

Para no abonados colaboración 15 Euros.
Menores de 18 años 50% menos.
This time you can buy your tickets at C /. Castelar, nº. 2 - 2nd Tel: 626 476 389 and also in auditorium from 2 hours before start the concert.




JORDI LÓPEZ

       Nacido en Torrevieja (Alicante). Realiza sus estudios elementales y profesionales en los conservatorios "Francisco Casanovas" de Torrevieja y Profesional de Música de Alicante con Antonia Quesada y José F. Mira (flauta), y Conchita Boj (piano).

Titulado Superior en Música, especialidad flauta travesera clásica y contemporánea por la Escola Superior de Música de Catalunya (Esmuc), estudiando con los flautistas Magdalena Martínez, Marzio Conti y Hervé Hotier. Becado per el progama Erasmus, ha estudiado en la Hochschule für Musik de Freiburg (Alemania) con Mirjam Nastasi, Antje Gerlof, Susanne Hopfer y la picolista Jutta Pulcini. Igualmente ha realizado cursos de postgrado en el Conservatori del Liceu dentro de la clase de Júlia Gállego y en el Conservatorio de Aragón con Jaime Martín, Sophie Chérrier y Stewart Macilwham.

"La música dedicada a los profesores de flauta del Conservatorio de París desde Paul Taffanel hasta Gaston Crunelle (1894-1969)" es el título de su Proyecto final de carrera, que le ha llevado a hacer un estudio musicológico sobre el tema así como varios recitales por la geografía española.

Ha realizado diversos cursos de interpretación y perfeccionamento con los flautistas Joaquín Gericó, Marco A. Pérez, Istvan Matuz, Jaime Martín, Vicenç Prats, Frank Teuns, Marieke Schneemann, Magdalena Martínez y Júlia Gállego, así como otros cursos de Música de Cámara con Alan Branch, Jordi Mora y el Cuarteto Casals, Análisis musical con Carles Guinovart y Mª Carme Poch, y Canto con las sopranos Pilar Páez y Enedina Lloris y los tenores Javier Viúdes y Francesc Garrigosa.

Ofrece conciertos juntamente con Jorge Carrasco, Daniela de Marchi, el quinteto de viento de la TWO (The World Orchestra), el ensemble 442Art y el Jove ensemble de música contemporània de les Illes Balears. Es primer flauta de la The World Orchestra (Orquesta Mundial) con la que ha ofrecido conciertos por diferentes paises de todo el mundo destacando España, Holanda, Alemania, Austria, Chipre, China y Canadá. También ha sido primer flauta de la Orquesta Sinfónica "Oscar Esplá" de Alicante, de la Orquesta Sinfónica de l'Esmuc y de la Jove Orquestra Nacional de Catalunya. Ha colaborado con la Orquesta Ciudad de Torrevieja, Orquestra Simfònica del Vallès, Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya, JONC Philharmonia, JONC Simfonieta, Orquesta de Valencia y la Orquesta Europea Mediterránea. Su experiencia orquestal le ha permitido trabajar con directores como Vicente Spiteri, Jordi Mora, Pierre Cao, Manel Valdivieso, Andrew Parrot, Antoni Ros Marbà, Yaron Traub, Elio Orciuolo, Salvador Brotons, Edmon Colomer, Josep Vicent, Franz-Paul Decker...

Ha sido galardonado con el (Premio en reconocimiento a la excelencia en interpretación orquestal) por su trabajo en Award or recognition for excellence in orchestral performanceThe World Orchestra.

Forma parte del grupo de instrumentistas de "El Superbarbero de Sevilla", espectáculo infantil producido por el Gran Teatre del Liceu. Actualmente también trabaja en "El col·leccionista de paisatges", espectáculo infantil de la Obra Social de "La Caixa". Ha colaborado con la Ópera "El gato con botas" coproducción del Gran Teatre del Liceu y el Teatro Real (Emilio Sagi - Agatha Ruiz de la Prada - Josep Vicent).
Es Director musical y flautista del espectáculo infantil "El Atrapasueños" del Conservatori del Liceu-Fundació "La Caixa".

Es Asistente de Dirección y Coordinador de proyectos pedagógicos de "The World Orchestra". Ha dirigido el "Cor de Dones", el "Cor Jove" y el conjunto "Sonart" de Sant Celoni.

Como solista, actúa regularmente con la Orquesta Ciudad de Torrevieja - Ars Aetherea.

Ha sido profesor del Conservatori Superior de Música del Liceu y el CME Sant Celoni.


NOTAS AL PROGRAMA

“El río fluye de una edad a otra y las historias de la gente transcurren en la orilla.”
Milan Kundera.

            Algunas veces el análisis de la cronología de ciertos compositores nos revela alguna que otra sorpresa que, retorciendo la ficción, nos daría para elucubrar sobre sus vidas y sus obras.
            Tal es el caso de hoy donde, en un ejercicio de rebuscado malabarismo, quiero contarles alguna curiosidad sobre los tres autores que completan el programa de esta noche. Quisiera conseguir narrarlo evitando que por el camino se me pierdan con fechas y datos y que lo que nace como un juego temporal se convierta en un farragoso panfleto.
            Mozart muere en el año 1791 como ya conocen pobre, casi en total soledad y desgraciadamente joven. Muchos creyeron que con su muerte, la del que había sido el mejor operista de la Historia hasta entonces, la evolución y la propia existencia de la ópera había llegado a su fin. Mozart configuró con su repertorio operístico el culmen de  todos los géneros conocidos: la ópera buffa, el estilo italiano, el singspiel alemán, etc… y ningún continuador a la vista; Hadyn no se prodigó en el género y Beethoven, pues como que no.
            Pero… curiosamente poco más de dos meses después de su muerte y en año bisiesto para más “inri” nace Gioacchino Rossini, el cisne de Pésaro.  
            Si estuviéramos en la India posiblemente pensaríamos que el nacimiento de Rossini fue la transmigración del alma de Mozart, pero no estamos en la India. No obstante, sí es cierto que Rossini fue el digno sucesor y continuador de más éxito en el mundo de la ópera tras la desaparición del austríaco. Con él el péndulo del universo operístico cambió de la Viena reinante hasta entonces a la Italia donde muchos siempre habían creído que nunca debió marcharse. Rossini instauró el “Bel canto”, el canto bello, y elevó tanto la preminencia de la ópera italiana como la producción de obras (51 óperas) y su cuenta corriente. Podríamos decir que Rossini escribía óperas con la misma facilidad que devoraba sus famosos cannelloni.
            Y hay alguna coincidencia más. “La scala di seta”, una farsa cómica en un acto muy del gusto del público italiano de la época, fue compuesta precisamente el mismo año – 1812 – que la 8ª sinfonía de Beethoven. La temática de una y otra evidentemente no tiene nada que ver, pero no deja de ser una casualidad que vuelvan doscientos años después a coincidir felizmente en el concierto de hoy. Por concluir esta suerte de rebuscadas casualidades, solamente mencionar que cuando Rossini compuso su última ópera, “Guillermo Tell”, era el año 1829, poco después de la muerte de Beethoven y curiosamente su última obra escénica ya que el compositor decidió de motu propio dejar de componer para el teatro. Nunca sabremos si por luto a Beethoven o porque su billetera estaba ya lo bastante llena, tanto como su oronda figura.
            La relación de Mozart con la flauta, o mejor, con sus conciertos para flauta siempre ha sido una especie de relación amor – odio. Mozart tenía 21 años cuando conoció al flautista aficionado de nacionalidad holandesa Ferdinand De Jean. Éste le encargo tres conciertos y cuatro cuartetos para flauta por los que pagaría 200 florines. Mozart aceptó el trato con mucho gusto, pero al poco el plazo ya vencía y de los conciertos solo había terminado el Concierto KV.313, el número 1 que oiremos esta noche.  Presionado por el tiempo, transcribió aceleradamente un concierto para oboe que había escrito en Salzburgo y lo adaptó para flauta. De Jean fastidiado por haber oído el segundo concierto interpretado por oboe en Mannheim pago a Mozart solo la mitad de la suma pactada, lo cual le contagió su malestar y frustración al genio austríaco que no llegó a iniciar el tercer concierto prometido.
            Como decía, es bastante conocida y admitida la, digamos, poca querencia de Mozart hacia el instrumento. En una carta a su padre durante su viaje a París le escribe a propósito del encargo de De Jean:
“Aquí no tengo ni una hora de tranquilidad. Sólo puedo escribir por la noche, y por ello no puedo levantarme temprano. Además no siempre se está en un estado propicio para el trabajo. Naturalmente, sería capaz de garabatear muy deprisa en cualquier momento; pero aquí se trata de una obra que debe hacerse un camino en el mundo, y doy mucha importancia a no avergonzarme de ella, puesto que estará bajo mi nombre. Además, ya lo sabe, en cuanto tengo que escribir sin parar para el mismo instrumento (que no soporto), me vuelvo completamente anquilosado.”
            No deja de ser desconcertante que a pesar de lo relatado en su carta la obra de Mozart para flauta sea de los catálogos más extensos para el instrumento, amén de la serena belleza que encierra el concierto nº 1 – por cierto, mencionar la extraordinaria similitud del comienzo del segundo movimiento con el inicio del “Danubio azul” de Strauss.
            Johann Nepomuk Mälzel fue un inventor de aparatos musicales, entre otras ocurrencias. En 1812  perfeccionó su panarmónicon, una combinación mecánica de los instrumentos de una banda militar, y su cronómetro, antecedente del metrónomo. Beethoven, que visitaba con frecuencia el taller de Mälzel, vio su amistad fortalecida cuando el inventor fabricó una trompetilla para el compositor, ya parcialmente sordo.
            Mälzel se reunió con otros amigos de Beethoven en una cena de despedida para el compositor, quien estaba a punto de salir de viaje hacia fines de la primavera de 1812. Durante la fiesta, Mälzel describió su cronómetro. Beethoven aplaudió la idea alegremente y de inmediato se lanzó a una canción aparentemente espontánea basada en  el ritmo martilleante del aparato de Mälzel. Los demás asistentes se unieron a esta cancioncilla intrascendente que pasó a formar parte del segundo movimiento de la 8ª sinfonía, en la que Beethoven estaba trabajando en ese momento. La melodía cuenta con un acompañamiento acompasado sugerente del cronómetro.
            La inclusión de este tema metronómico no es el único ejemplo de humor en la sinfonía a pesar de su estado de ánimo en aquella época. ¿Por qué?
            El estudioso de Beethoven, Maynard Solomon, dio pruebas concluyentes de que la amada inmortal a la que el compositor dirigía su famosa carta jamás enviada era Antonie Brentano y que Beethoven estaba enamorado de ella sin esperanzas en la época en que estaba trabajando en la 8ª sinfonía.
            Antonie Brentano era una mujer felizmente casada, madre de cuatro hijos. Se mudó con su familia a Viena en el otoño de 1809 donde conoció a Beethoven. El marido insistía en irse a vivir a Frankfurt, pero Antonie amaba Viena. A medida que la situación iba complicándose por la insistencia del marido acudió a Beethoven en busca de apoyo y gradualmente su amistad se convirtió en amor. Para la primavera de 1812 sostenían una verdadera relación, aunque todo hace pensar que una relación muda, no correspondida y desgarradora para Beethoven.
            Y es así que, en una época de su vida en que se vio obligado a enfrentarse a verdades muy penosas acerca de su vida y su salud, cuando tuvo que renunciar al único amor profundo que había conocido, fue en esa época cuando compuso su sinfonía más alegre, más ingeniosa, más despreocupada, una obra totalmente desprovista de las emociones sombrías de su existencia. Nada hacía pensar en la siguiente sinfonía por venir; la novena.
             Cuando muy a menudo intentamos relacionar vida y obra en la producción musical de un autor, aquí encontramos la complejidad de afirmar esa relación de manera rotunda. Una reserva que siempre debería recordarnos la historia de la 8ª sinfonía.
            Buen concierto y buenas noches.


José Luis Llorca Cáceres.-

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